Si es tu primera vez haciendo un cheesecake, esta versión en tamaño mini es la mejor forma de empezar. No necesitas molde desmontable ni experiencia previa: con un molde para cupcakes y papelitos ya puedes lograr un postre que parece de pastelería. Además, puedes variar el topping según lo que tengas: frambuesas, fresas, arándanos o hasta mermelada. Lo más importante es que respetes el tiempo de horneado suave y el reposo en frío. ¡Eso hace toda la diferencia!